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Cólera en Haití.

Han pasado unos cuantos meses desde el terremoto y ha aparecido el cólera.

Empezaré contando cómo entendí lo malo que era el cólera. Hasta entonces sólo sabía lo de las películas antiguas, que a los muertos los enterraban con cal; y al preguntar a mi padre me contestaba que eso ya no había.
La explicación más clara la ví en la tele cuando era pequeña. Era un reportaje que explicaba como el médico la descubrió. Había en una ciudad dos barrios vecinos, en uno había cólera y en el otro no. Pero vió que dos heramanas del que no, enfermaron. Investigando descubrió que en su camino habitual pasaban por una fuente del otro barrio, lo que le llevó a estudiar el agua. Desde entonces se trata el agua pública.
Supongo que el problema actual sigue estando en el agua.

El agua en mi casa.
Cuando nos mudamos a esta casa no llegaba el agua pública tratada. He estado durante años buscando el agua para guisar y beber con garrafas en las fuentes de los pueblos de alrededor. Pero con el tiempo las han ido declarando no aptas para consumo. En realidad creo que lo que pasa es que los ayuntamientos no quieren responsabilidades si alguien enferma por un agua que no es tratada. De todas formas al llegar a casa la trataba, luego explicaré cómo.

Al final me decidí por la de casa, que ya sí era la pública. El problema es que del aljibe de la comunidad se reparte una vez a la semana. Pasa por dos aljibes. Y cuando sale del grifo no huele mucho a cloro. Mi aljibe es de obra y la mantiene transparente, pero eso no es garantía. Sigo pasándola a una garrafa y tratándola. Utilizo directa del grifo cuando va a hervir.

Antes de empezar a usarla busqué por aquí y encontré información de la OMS (Organización Mundial de la Salud). Lo más importante es que no tenga nitratos y nitritos, que aparecen de la descomposición de organismos. Hablo de memoria, que me perdonen los expertos. Se puede analizar en la farmacia, pero da la casualidad que tengo un acuario y analizar su agua en casa es algo que se hace normalmente, y entre otras cosas se busca precisamente que no tenga nitratos ni nitritos.
Así que utilicé lo que tenía a mano. Salió todo correcto. Me quedé tranquila y comencé a utilzarla.
También pensé que si en otros lugares de este mundo beben el agua marrón, que tratan poniéndola en botellines de plástico al sol en el tejado de las cabañas, mi agua de la red pública, transparente, sin nitratos y tratada con lejía no está nada mal.

LA LEJÍA.
Hipoclorito de sodio.
Si es para el agua de bebida, en la etiqueta de la botella debe leerse "Apta para la desinfección del agua de bebida". Cuidado con esto, porque sólo se diferencia de las otras en que pone "No" delante de Apta; la diferencia es sólo una pequeña palabra al principio en dos frases idénticas. Por favor, lee muy bien la etiqueta. Encontré una apta de marca blanca.
Normalmente para el agua de bebida vienen las instrucciones en la etiqueta. Suele ser una gota por litro y dos o tres más, según la capacidad de la garrafa. Mi garrafa de 8 litros recibe 10 gotas. No hace falta cuentagotas, utilizo el vasito de un medicamento líquido para sacar un poco de lejía de la botella. Y voy mojando en él el mango de una cucharilla para contar las gotas que caen en la garrafa. El vasito no se vuelca y se mantiene apartado de la garrafa. Lo que sobra en el vasito vuelve a la botella de lejía. Al contar tengo que estar muy concentrada. Media hora de reposo y lista para beber un agua limpia que no todos los seres humanos consiguen.

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